Karen Hallberg © UNESCO / Landry Rukingamubiri |
La responsabilidad moral y social de los científicos es objeto de debate en unas jornadas organizadas por la rama francesa del Movimiento Pugwash en la sede de la UNESCO en París el 14 y 15 de marzo. Fundada en 1957 por el físico polaco Joseph Rotblat y el filósofo y crítico social Bertrand Russel, Pugwash es una organización internacional de científicos y figuras públicas que se dedican a la seguridad mundial y el control de armas.
Los más de 100 participantes en estas jornadas
trabajarán para identificar las áreas específicas en las que Pugwash
podría marcar la diferencia y avanzar en la cooperación internacional.
Otro de los objetivos es reforzar la colaboración entre el Movimiento
Pugwash y la UNESCO, especialmente en relación con la Comisión Mundial
sobre la Ética del Conocimiento y la Tecnología científica (COMEST, en
sus siglas en inglés). El presidente de Pugwash, Jayantha Dhanapal, de
Sri Lanka, es miembro de oficio de la comisión.
Un tema especialmente importante en la agenda de
este encuentro es la privatización del conocimiento científico, tal y
como explica Karen Hallberg. La privatización limita el acceso a los
beneficios del progreso científico en áreas de vital importancia, como
por ejemplo la nanotecnología, incrementa la desigualdad.
Durante los últimos 30 años el mundo ha sido testigo
de un crecimiento rápido en tecnologías como la microelectrónica,
información, biotecnología y telecomunicaciones. Sin embargo, estos
avances no han permitido reducir la brecha entre ricos y pobres. Según
un análisis del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), la inequidad mundial ha estado en aumento: “La era de la
globalización ha estado marcada por avances dramáticos en tecnología,
comercio e inversiones –y un aumento impresionante de la prosperidad.
Progresos en el desarrollo humano han sido menos impresionantes. Grandes
sectores del mundo en desarrollo están siendo dejados atrás. La brecha
de desarrollo humano entre países ricos y pobres, actualmente grande, se
encuentra en aumento.”
Dentro de la temática de Ciencia y Sociedad, un tema
fundamental es qué tipo de ciencia necesitan los diferentes países para
desarrollarse, no sólo económicamente, sino también, y principalmente,
para el desarrollo humano de sus habitantes. El acceso a los beneficios
de la tecnología es un derecho humano fundamental, como es reconocido
en el art. 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
En Latinoamérica y el Caribe (LAC), hay serios
problemas en todos los niveles del desarrollo científico, comenzando por
los inaceptablemente bajos niveles medios en la educación tanto básica
como superior mostrado el pobre desempeño de los estudiantes de la
región en los tests de evaluación como el PISA. La fuerte correlación
entre el nivel educativo de los jóvenes con el ingreso familiar muestra
la falta de universalidad de la educación básica. Adicionalmente, hay
países con serias deficiencias en la formación avanzada de profesionales
en ciencias naturales e ingenierías.
En el aspecto concerniente a la investigación
científica en LAC, la inversión en ciencia y tecnología (CyT) y el
porcentaje de profesionales en ciencias exactas, naturales e
ingenierías, son todavía demasiado bajos. Esto trae aparejado una falta
de competencia para afrontar desafíos tecnológicos que lleven al
desarrollo y a la independencia regional.
Entre los desarrollos tecnológicos actuales con más
actividad y presupuesto se encuentra la nanotecnología (NT) que no es
solamente un paso hacia la miniaturización, sino que representa la
convergencia interdisciplinaria de física clásica y cuántica, biología
molecular, ciencias de la computación, química e ingeniería.
Se predice que los desarrollos en esta área
revolucionarán la ciencia y la sociedad. Posibles aplicaciones se
encuentran en medicina, biotecnología, agricultura, ciencia de
materiales, medio ambiente, tecnología aeroespacial, comunicaciones y en
la industria bélica.
Entre los avances importantes pueden considerarse la
fabricación de drogas diseñadas molecularmente, la creación de nuevos
organismos manipulando ADN, el diseño de nuevos revestimientos para
aeronaves, nuevos materiales y sensores, entre otros. La potencialidad
de la NT para resolver problemas acuciantes de varios sectores sociales
como purificación de agua y atmósfera, almacenamiento de energía y cura
de enfermedades endémicas lo transforma en una tecnología estratégica.
Como toda área de la ciencia, los impactos de la
nanotecnología en la economía, la sociedad y el medio ambiente
dependerán de cuán responsablemente se regulen sus aplicaciones y su
desarrollo. Siendo una tecnología que redundará en cuantiosas ganancias
económicas, el tema de la propiedad intelectual reviste una importancia
singular.
Un impacto posible de la nanotecnología es que se
produzca una mayor diferencia entre países o compañías ricas y pobres,
de forma similar a lo sucedido con los avances con las tecnologías de
información y comunicación, la biotecnología y industria farmacéutica.
La NT podría acelerar la tendencia hacia la concentración de poder y los
monopolios ya que, al ser todavía muy cara su producción e
investigación y siendo una tecnología tan compleja, no podrá ser
abordada por pequeñas organizaciones. Debido a esta concentración, las
empresas multinacionales jugarán un rol predominante en el delineamiento
de reglas globales de comercio, políticas monetarias y fiscales,
derechos de propiedad intelectual y políticas sociales.
Las innovaciones derivadas de la nanociencia
generarán una competencia intensa para la adquisición de patentes y un
esfuerzo para armonizar derechos de propiedad intelectual entre varios
países y bloques económicos y políticos. En la actualidad la NT ya está
generando una gran cantidad de patentes y muchas corporaciones
multinacionales están pretendiendo apropiarse de tecnologías de base
para una gran variedad de aplicaciones como ha pasado en biotecnología.
Como la investigación en nanociencia es costosa,
multidisciplinaria y requiere un alto grado de cooperación entre las
universidades, gobierno e industria, es fundamental abordar con una
nueva perspectiva la propiedad intelectual que contemple los aspectos
públicos y privados. Las alianzas entre estas instituciones amenazan con
redefinir las prioridades de la investigación universitaria,
debilitando el rol regulatorio del estado y subsidiando iniciativas
basadas en la industria como nunca antes.
El aumento de las aplicaciones de los derechos de
propiedad intelectual en los últimos 20 años ha generado preocupación
con respecto a la tendencia a la privatización del conocimiento.
Tradicionalmente hubo una distinción entre descubrimientos e
invenciones donde, por regla general, sólo las invenciones eran
susceptibles a ser patentadas. En la NT se vuelve cada vez más difícil
discernir entre uno u otro, siendo éste otro tema fundamental a tratar
para evitar que sean otorgados registros de propiedad intelectual a
descubrimientos y conocimientos básicos.
Otras áreas cuestionables de patentamiento en NT son
las correspondientes a solicitudes de composición de la materia (como
nanomateriales incluyendo nanotubos de carbono, nanoalambres y
nanopartículas), dispositivos y aparatos (incluyendo herramientas de
caracterización y control de nanomateriales tales como los microscopios
de barrido por efecto túnel) y metodologías (como procesos de
sintetización de materiales y construcción de dispositivos
nanoscópicos). El otorgamiento de patentes en estas áreas podría inhibir
desarrollos fundamentales por parte de terceras instituciones. Algunas
voces solicitan una moratoria en el otorgamiento de patentes en NT junto
a una política internacional de desarrollo de esta tecnología en los
países emergentes.
Hay algunas áreas en donde la NT se volverá
imprescindible para el desarrollo humano como la nanomedicina, el medio
ambiente, el almacenamiento de energía y las comunicaciones. En estas
áreas hay que prestar especial atención a la política de patentes ya que
conciernen al desarrollo y superviviencia de ciertos sectores sociales.
Por ejemplo, una potencial aplicación de la NT es la
utilización de macromoléculas para el tratamiento de enfermedades como
el cáncer por su capacidad de albergar y transportar agentes a sitios
específicos. Con respecto al medio ambiente, hay avances en nuevos
materiales para el tratamiento de aguas contaminadas y aire polucionado
que pueden mejorar notablemente la calidad de vida de millones de
personas y darle acceso a agua potable. En el campo de la energía, se
podrían fabricar membranas fotovoltaicas de bajo costo o inclusive
pinturas solares que podrían ser aplicadas a los techos de edificios.
Hay artículos que analizan los diferentes posibles desarrollos de la NT
que podrían ayudar a concretar los Objetivos del Milenio para el
Desarrollo de la ONU.
Considerando la importancia pública de carácter
humanitario que revisten estas áreas, es necesario reconsiderar los
conceptos básicos de propiedad intelectual y generar nuevas figuras
legales que protejan a la sociedad y al medio ambiente.
Otras acciones tendientes a la difusión del
conocimiento podrían ser la publicación de resultados y bancos de datos
en la red (internet) de forma similar a lo realizado por algunas
disciplinas con la publicación de artículos científicos o a la
distribución y generación de software libre.
Es pertinente notar que estas observaciones y
propuestas no son privativas de la nanotecnología sino que se aplican a
todas las otras tecnologías por igual. Es imprescindible, también,
realizar acciones para fomentar el desarrollo de la CyT tanto para fines
de desarrollo social como de incentivo ecónomico y
científico-tecnológico que sean determinantes para el desarrollo humano
de la región latinoamericana y caribeña.
Karen Hallberg, Doctora en Física, jefa del
grupo de Teoría de Sólidos del Centro Atómico Bariloche y miembro del
Comité Nacional de Ética en Ciencia y Tecnología (Argentina).